jueves, junio 08, 2006

Delirios de la razón

Todos hemos visto alguna vez propaganda en contra de la venta ilegal de animales, el maltrato hacia especies en cautiverio, el comercio de pieles y demás. Y yo nunca le presté demasiada atención. Pero anoche, una amiga me hizo abrir los ojos y darme cuenta de que hay cosas que no podemos dejar pasar. Vi y leí cosas que no puedo obviar. Vi crímenes, vi muerte. Vi impunidad.

Decidí que no podía quedarme de brazos cruzados, no podía mirar para otro lado. No ésta vez. Me di cuenta de que uno debe comprometerse, aunque sea en cosas pequeñas. Algo muy chiquito como escribir unas líneas en un blog que nadie lee. Algo como mostrarle a la gente las cosas que la gente no ve. Informar. Contar, correr la voz. Hacer causa común con personas que sí participan activamente en éstos temas. Que se involucran. Aunque más no sea dando a conocer su trabajo.
Pensé en escribir algo al respecto, pero no pude ponerme de acuerdo con respecto al tono. Concluí que hacerlo en un tono informativo sería algo frío y pesado de leer, así que opté por darle un tono literario. Dentro del texto tienen los links, a los que me gustaría que les presten atención. Pero tengo que aclarar que hay algunos videos no recomendables para personas impresionables. Yo mismo no los pude ver enteros.

Solo me queda un dejo de angustia. Una duda sobre donde está y que es la humanidad. El trato humanitario hacia especies con las que compartimos la tierra. Y entre ellas, la nuestra propia. Me pregunto en manos de que gentes está nuestro futuro, me pregunto si en el día en que pasemos por el punto sin retorno, nos sentiremos responsables. Pues culpas tendremos, aunque sea por omisión. Por inoperancia. Por dejar que desconocidos manejen nuestro porvenir a su antojo.


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La mañana estaba demasiado húmeda, y el olor característico de las mañanas al sur se había tornado irreconocible. El cielo está negro aún a las diez de la mañana. La calle está vacía. Vacía de gente, de contenidos, de ideas. La calle está muerta. La recorro también así, muerto. Como una sombra, como un recuerdo. Me deslizo como un suspiro de dolor. Llego a la granja, donde como cada día ejecuto mis labores. Ejecuto.

Que tenía la ciudad, que tenía el mundo para que mis abuelos murieran por el. Me cuesta imaginar la tierra como un lugar agradable. Mi ciudad, mi mundo, la tierra es mi hogar. Mis pares piensan como yo. Ya no llueve, y cuando lo hace, corro a guarecerme. La lluvia es peligrosa. El vapor que exhala luego la tierra es venenoso. El calor es sofocante, el olor es nauseabundo. Claro que no traería hijos a este mundo. Mis pares piensan como yo.
Ganarse el sustento hoy, es más fácil. Hoy puedo hacer cualquier cosa. Cosas que, por lo que leí, antes no podría. Cuando para todo había leyes, normas. Seguimientos y protección. Cuando estaba lleno de limitaciones. Ahora un hombre es libre de hacer lo que le venga en gana. Lo único libre debió ser siempre el hombre. Somos los únicos capaces de darle a esa libertad un fin provechoso. Y la tierra, no más que una bola de piedra y metal. Cuando era niño oía historias sobre la naturaleza y como al fin pudimos desembarazarnos de ella. De todos esos ambientalistas que pretendían limitar el avance del hombre sobre la tierra. Su tierra. De todos esos locos que defendían a los animales como si fuesen personas. Hoy, yo puedo vivir gracias a que nadie me impide disponer de lo que es mío, de lo que he creado y de lo que dispongo a piacere.
Ayer por la noche recibimos el último camión de este mes, cargado hasta el tope con chinchillas y zorros blancos. Justo anoche. Ahora el fastidio de tener que disponer de todas éstas cosas antes del almuerzo. Pero bueno, tengo al menos el consuelo de poder hacerlo manualmente. No puedo creer esas máquinas que se usan tanto hoy en día. Quitarle al sacrificio el factor humano es inconcebible. No soporto tal deshumanización. Todo es más rápido con ellas, más limpio. Pero no pueden deshacerse así como así de la mano de obra humana. Ya sabemos que pasó la última vez que le dejamos todo a las máquinas. Ese recuerdo es lo único que me mantiene empleado. No, definitivamente un trabajo tan artesanal no lo podría hacer una máquina. Donde queda el alma, donde la experiencia, donde le placer de un trabajo bien hecho. Voy a luchar con uñas y dientes contra quienes pretendan privarme de vivir de mi oficio.

La mañana de trabajo fue ardua, tuvimos que descargar el camión que no quisimos descargar anoche. Esta bien, se perdieron algunas piezas. Pero siempre se puede culpar al mal transporte.

El camión volcó un mar de bichos peludos sobre la platea de implementación. El primer paso es separar las chinchillas de los zorros blancos, quienes ya no están tan blancos. Luego de sumergirlos en los piletones desinfectantes y blanqueadores, se los seca a temperaturas no mayores a 26 C°. Luego, se dispone de los que hayan sobrevivido y se los desolla. Las pieles se encuentran más adelante con la de los muertos en viaje.
Con estas chinchillas tuvimos que hacer un trabajo distinto. Estas mierditas se roen la piel cuando están estresadas, y ya no sirven. Por lo que hay que clasificarlas. A las inútiles se les quiebra el cuello y se arrojan al sumidero. Las demás pasan por un proceso de electrocución selectivo, en cuatro pasos con tensiones crecientes se les van deteniendo los signos vitales. Así también se les endurece la carne lo que evita que sean comestibles.
Estos idiotas desperdician materia prima invalorable. Presenté una infinidad de proyectos para reutilizar las pieles dañadas, la carne y, lo que sobra aquí, sangre. Desechamos casi 300 litros de sangre por día. Pero no, ellos no van a costear otro proceso de implementación que la recupere. Y así se va, a los sumideros, al mar.
Hoy fue un día negro. Mi mal humor me jugó una mala pasada, perdí dinero. Los conectores de tensión estaban mal conectados por lo que muchos especimenes sobrevivieron la electrocución. Me decidí por lo más lógico, apuñalarlos. Para algo me dan un cuchillo. Pero no, el manual sugiere aplastamiento. Ahí se fueron mis U$S 100, Uno por cada ratoncito que apuñalé.

La vuelta a casa fue aplastante. Compré una botella de vino y algunas botanas para ver una película. La radio estaba encendida, sonaba una canción de aquellos tiempos nefastos. No deberían permitirlas. Me escandalizé a tal punto que me fui a dormir sin cenar siquiera. El locutor anunció: -Morrisey “Meat is murder”-

FIN

Quiero agradecer a Mery, la persona que siempre me hizo ver las cosas de manera diferente. Y siempre con una sonrisa :)

TQM



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ola…

no tengo palabras para agradecer tu sensibilidad y atención, ojala estas practicas malditas se terminen.


Besos y estaré visitandote. Saludos

Anónimo dijo...

Hola Segnor como le va?
Debo decir que me gustó demasiado su blog, me parecio informativo, divertido, y como diria mi hermano "una masa"
En este dia de inauguracion de mundial la verdad es que me tuvo entretenido un largo rato en el laburo (cyber de juegos), los comentarios de las peliculas me divirtieron bastante qunque la mayoria no las haya visto, Donnie Darko me gustó mucho, el sexto sentido no la vi (Y NO ES NINGUN CRIMEN!!) volver al futuro me hace acordar a los domingos de paja que no hay nada que hacer mas que ver esos "estrenos absolutos" en canal 13. Tambien comparto una aficion por las peliculas aunque debo admitir que veo porquerias solo por el hecho de verlas ( Los Angeles de Charlie, la pelicula de Britney, etc).
Lei TOOOOOODO el blog, entré porque en un fotolog que no me acuerdo estaba la direccion, si sos la misma persona del flog, hola de nuevo, si no, hola por primera vez.

Mi fotolog es : www.fotolog.com/bluecoldblue


Saludos.